Callaba , reía; miraba , cantaba; y allí donde fuese , él me seguía. Que si la Luna no se veía centelleaban dorados entre mis dedos. Sus mechones se escurrían , se deslizaban cayendo suaves sobre mi pelo. Sus labios... y en los míos el acero.
Manos de experiencia y ojos de reciente infancia. Ilusiones , obsesiones que se tumban sobre almas puras. Debilidad... los argentinos fueron una obsesión desde el principio , desde el principio.
Deseos de nuevos tiempos y nostalgia de los antiguos.
DISTANCIA. No , no , no , distancia otra vez no...
Me intenté guiar por las estrellas más sabias; las que me apartaban de un dolor lejano y me botaban al suelo desde ese tu cachito de delirio en el que adormecí.
Un escrito para el recuerdo , para el aliento y las ganas de nuevos tiempos.
Una leve despedida mirando al cielo. Y un saludo sincero , amigo , mirando en tus ojos.
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