martes, 17 de julio de 2007

B 612

Despierta al calor del sol , olor a hierba húmeda. Abre sus ojos , todavía ve borroso , ¿hay alguien a su lado? , extiende su mano para tocarle.

- ¿Qué?
- Perdone usted , Don Geranio.
- No se preocupe señorita.
- ¿Dónde está él? ¿Dónde está?
- ¿De quién habla , señorita? Yo he estado aquí todo el rato y no he visto a nadie.
- ¿Dónde está? Necesito beber , me reseco , dígame usted a donde ha ido.
- Señorita , no se marche , que yo le daré de beber de mis humores.
- Don Geranio , me siento halagada pero le necesito a él.
- ¿Por qué se empeña señorita? También sé utilizar una regadera.

Él se había marchado de viaje , lejos de su tierra. Allá aprendió muchas cosas como que por muy hermosas ninguna como ella. Ella tenía esa cosa especial , sí . Mientras él aprendía ella se mustiaba. Ellas necesitan de atenciones , las flores frágiles necesitan protección y todas ellas necesitan amor para ser de color rojo. Desde que él se fue el rocío moja sus pétalos , ella llora. Desde que se marchó pasa noche y día buscándole , de este a oeste. Su corola ya no es de color rojo vivo y sus dulces pétalos están arrugados como los de la amapola. Ella tiene miedo de los corderos y nadie viene a cuidarla , y nadie viene a darle de beber.

- ¿Acaso le dijo a usted si tardaría?
- Creo que el próximo año volverá. Mientras tanto yo puedo saciarla.
- Esperaré y le buscaré el tiempo que sea necesario.

Su tallo va decayendo , pierde pétalos , sus espinas ya no son afiladas.

- Deme usted de beber , quiero estar viva para despedirme de él.
- Aquí estoy señorita.
- ¡No me toques!
- ¿Qué? , perdone , no soy muy buen jardinero.
- Regresará para verme morir.

Y aquella noche ella durmió en su hierba , aquella noche él durmió en su campo , aquella noche la lluvia alivió su sed. Pero la Luna tenía un brillo extraño , Rosa retornó en su color y el astro iluminó su cutícula de plateado. Aquella noche su Principito estaba en el Planeta.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y quizá el tenia que irse para florecer... Para que ella, Rosa, pudiera morir en su color, en su letargo.

Anónimo dijo...

Chucha !
Con el comentario de Lola.

Anónimo dijo...

Véase , que Rosas como ésa son eternas y no nacieron para morir...

Anónimo dijo...

y ahí que dice... ¿?

Anónimo dijo...

Bu.