La penúltima copa hasta la siguiente botella. ¿Es mucho pedir que no sea clorhídrico? Joder...

¿Os disteis cuenta antes de que se apagase mi Sol?
Me hicisteis.
¿La vela que iluminaba mis pasos , el anticongelante de mi corazón?
La soplasteis.
¿Mis perdones automáticos , mi humildad y mi incapacidad de odiar?
Os la papasteis.

No entiendo qué problema había en dejarme vivir mínimamente feliz y tranquila así como me viniese en gana.
Siempre habéis buscado mis lágrimas y yo nunca arañé un rasguño a sabiendas.
Estoy harta.

Harta.
De ser débil.
De vuestras burlas , de vuestras palabras hirientes.
De vuestros actos en mi contra , de vuestras jodidas mentes.
Retorcidas.
Espeluznantes.
Humanos insignificantes...

Cansada.
De comer sazonado en gotitas saladas.
De que no les importe.
De que pregunten si no les importa.
De que se callen cuando les merece atención.
De no saber tratar mi desesperación.
De vuestra realizada mala intención.

Cerdas...
¡Brujas!
Meigas.
Pirujas malvadas.
No me metáis en vuestros siniestros planes para intentar ser hadas.

Putos...
¡Cabrones!
Truchos.
Melones huecos.
Parad ya de absorber mi sangre para mojar vuestros labios secos.

Sanguijuelas.
Chupasangres.
Quitavidas.
Humanos insignificantes.

¡Por favor! Pensad un poco.
Vivid un poco.
Intentad vivir concordando con vosotros mismos mientras vivís y os digo que dejar vivir a los demás , ayuda.

Vale , yo tampoco valgo nada.
Está claro que si Dios nos hizo a su semejanza , Dios es mierda igual que nosotros.
Y que vosotros hicísteis que nos hiciera , de ahí que sea mierda.
Y que vosotros siempre lo habéis sido , de ahí que hayáis hecho a Dios.
¿Hay algo más?
Es necesario.
Pero es más satisfactorio poder notar éso.
Sin necesidad de autoengañarnos.
Sin necesidad de creer porque sí.
No valemos nada.
Somos nada concentrada.
Y hacia menos vamos los europeos como sigamos así.
Sed al menos un poquito de coherentes.
No seáis simios.
Y dejadme vivir en paz , os lo agradecería.
Nada más...
Y perdonad el sermón.
_______________________________________
Creí estar a punto de perder la cordura... , no sé cuánta me quede.
Lo siento.