lunes, 17 de diciembre de 2007

Continuará

- Aquellos tozudos que quieren cambiar su esencia , ser una persona nueva dicen. Permítanme dudar si eso es posible. Y si lo es, no me cabe duda que las nuevas personas no "nacen" solitas. Digo que el aburrimiento mata y es cierto. Todo aquel que tenga una pequeña parcela de tiempo al día para pensar , así sean horas robadas de apacible sueño por tormentosa perífrasis e incluso tergiversia de la mente que fue creada para estos enredos , sabrá de lo que hablo. Pensamientos vacíos de verdad quizá , o de solidez , sean idealistas así como los más lógicos o incluso absurdos , vacíos de cualquier cosa excepto de contradictorio e inquieto deletite , repletos de transcendentalismo para el pensador.

Me dejé caer inerte en la misma butaca pelada. Mi mente se estaba volviendo exclusivamente receptiva y acudí a ver al viejo en auxilio , avergonzándome de mi mirada ausente. El público era joven y despierto. Si venían a escuchar cosas que probablemente ya sabían era por la risibilidad de encuentro. - enflaqueció mi ínfima concentración cuando creí verla a ella , pasando fugaz entre mi mente en blanco. - Me hablaban , palabras llenas de elucubraciones obstinadas y mi creatividad nula apenas tenía ganas de responder a tales inútiles transcendentalismos. Se alejaban de mí creyendo haber fracasado ante mi actitud displicente y sintiendo casi pena de tal indiferencia. El viejo continuó barruntando a las nuevas sociedades , "más como vosotros". Lejos de sumarme a los aplausos , me sentí calado por su desdén. El tiempo no podía transcurrir más lentamente. Nadie parecía percatarse de mi existencia. Antes de que volviese a pasearse por mi imaginación me levanté de mi butaca y me dirigí al portal tal autómata. Todos guardaron silencio a mi salida , como si a algún objeto de la decoración le hubiesen salido patas.
Me senté en las escaleras , miré hacia la oscuridad a mi izquierda y encendí la luz para poder ver su rostro. Pasaron unos minutos hasta que la luz del pasillo volvió a apagarse. Escuchamos a varios vecinos entrar en el ascensor.

- Te estaba esperando - miré hacia ella como si pudiese verla - ¿no te resulta extraño? Te esperaba , pero en realidad no confiaba en que vinieses. Llevo aquí horas. - mi mirada perdida buscaba el brillo de sus ojos en la oscuridad.


- El viejo hablaba para el mundo. Yo por mi parte pensaba , solamente somos dos. Vine hasta acá sin darme cuenta , ya te podrás imaginar. - Escuchaba un solo de bajo en sus ojos que supe entornados , de acostumbrada oscuridad. Me sumé a la música y me deslicé dos escalones; tres. Le planté un beso en los labios con precisión. Su vaselina labial de olor dulce , me supo esa vez a chocolate.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta ese contraste rojo-negro. Las letras y los colores se conjugan de una manera casi soluble, que si te quedas mirando un punto fijo, no se disipan, para nada, pero si tienden a desvanecer-se, algo.

jaja...

Anónimo dijo...

Feliz Navidad pues!
gotta talk to ya < sin internet <<<
;)


=***

Anónimo dijo...

En cambio a mi me desgusta, prefiero los colores q no entendia al igual q sus escritos, pero q me hacen reir y seguir leyendo.