Noches.

Palpita en mi nuca la sangre hierve en las orejas ejercen presión las burbujas. Los ojos hinchados tras trasnochar el fin de semana y recuerdos recientes ciscados por doquier. Las drogas , la sangre derramada , amigos por el camino...

" Bueno , a la final me lo pasé bien ".

Cierto que sé mucho más de ellos , pero aparte de lo obvio en que nuestros seres queridos se nos van tarde o temprano , no me gusta pasarlo mal en las noches de parranda porque un niñato hasta el tope de cocaína venga haciendo gilipoyeces porque parece apetecerle pasar lo que queda de madrugada en el calabozo. Y en este ambiente cargado y tenso a puñetazo limpio , a cualquiera le explotan la vena hinchada de la sien , junto con ella sentimientos reprimidos consiguiendo , además de aumentar la tensión , derramar mares de lágrimas por parte de todo el grupo.
Tampoco olvidaré nunca aquellos gritos sollozados de una noche de verano:

" Un mes tía... , un puto mes de vida ".

El puñetazo en la pared , la mano rota , los cristales quebrados , la sangre brotando , el cenicero hecho añicos y las cenizas por encima.

Había un tiempo en que no entendía cómo es que la gente se alejaba siempre de esta clase de personas , pues tienen un gran corazón , además de ese ímpetu que a uno le provoca acudirles , ayudar a esta buena gente que se fue por el camino que no era... ó simplemente allí fue nacido , allí se crió , bien no conoce ningún otro ó ya no se acuerda de por dónde regresar al que sí lleva a parte alguna. Mas estas noches de desastre se repiten cada vez con más frecuencia en tu presencia y la gravedad de las situaciones es directamente proporcional a la confianza , que se va forjando con rapidez durante los malos ratos. Entendí que ésto es algo que una persona de bien no puede tolerar a diario y a pesar del inmenso cariño hacia los barriobajeros , esta gente parece que no se deja ayudar , incluso cuando están ya muy convencidos , porque es que la verdadera ayuda tiene que venir de uno mismo y bien se sabe que que te enseñen a autoayudarte es algo bastante complicado. Es evidente que ésto causa gran desmotivación lo que implica sufrir sin comerlo ni beberlo , a pesar de la gran fusión de blancos y tristes , a veces alegres pero sobretodo intensos sentimientos.
Entonces sé que algún día , en lugar del hasta otra y los dos besos habituales , me despediré con un simple ADIÓS... y ocultando un par de lágrimas rezagadas.